La poesía de Mahmud Darwish en Menos rosas es una poesía profunda y angustiosa que pertenece a la etapa de madurez del poeta palestino.
Nos encontramos a un poeta que cae en la desolación, que grita contra las injusticias y que quiere que su grito de desesperación sea escuchado y traspase las fronteras, incluso que se llegue a universalizar y no ha etiquetar en su causa, en su Palestina.
Se trata de de un poemario compuesto por cincuenta poemas en los cuales el título de cada uno de ellos es tomado de la primera frase con la que empieza el poema. (Es preciso destacar que existe un poema que no toma su nombre de las primeras palabras del verso, sino que tiene un título diferente, se trata de Despedida para lo que vendrá.)
Este hecho, al igual que la forma de algunos de ellos, da una sensación de descuido por parte del autor o por el contrario, de ser esclavo de un onirismo pleno que no deja al poeta descanso alguno. Posiblemente, por lo que comentan críticos de renombre, estos poemas no son fruto del azar o de la espontaneidad, sino que están perfectamente concebidos, su comienzo, su estructura, su forma de ser concluidos… e intrínsecamente unidos a ese deseo del autor de ser tenido en cuenta, de que su poesía sea leída y de que pueda servir para algo.
Utiliza un lenguaje rico en metáforas, incluso en ocasiones, el poema en sí versa sobre alguna de ellas, desarrollándolas. Son muy frecuentes en su vocabulario poético las rosas, el camino, el trigo, las espadas, la luna, las nubes, el viaje, la tierra, las palmeras, el mar, el relinchar de caballos, las tumbas, los pájaros, la cárcel… Es evidente que cada vocablo tiene su sentido y el hecho de que sean tantas veces repetidas nos dan una premisa que sostienen todos aquellos que estudian la poesía de Mahmud Darwish, y es que se trata de un poeta con una obsesión: la opresión que sufre su pueblo. Por ello, las palabras que utiliza se mueven entre la dualidad de la libertad frente a la opresión, la vida frente a la muerte, la esperanza contra el desahucio.
Es un poeta que sufre por su tierra, por los problemas políticos que acaecen en su patria. Y no sólo los sufre con el corazón y el alma, sino que también los ha sufrido en su cuerpo; ha vivido la expulsión, el exilio y la cárcel, y estos detalles autobiográficos también quedan reflejados en su obra. Del mismo modo que queda reflejado aquellos lugares que han significado algo en su vida: Galilea (En el camino hay otro camino), Damasco (¿No puedes apagar la luna?, La flauta ha llorado, Fechamos nuestros días con las mariposas, En Damasco hay un Damasco), Palestina (En esta tierra, Yo soy de allí), Beirut (Por primera vez ve el mar), Córdoba (Representa mi último papel, Si pudiera volver a empezar)
A pesar de hablar desde la tristeza y la nostalgia, sus versos son delicados, finos, sutiles y de una gran belleza (El último tren se ha parado en el último andén, y nadie salva a las rosas. Ninguna paloma se posa en una mujer de palabras […]). Otras, en cambio, opta por un lenguaje más desgarrador, un tono más vigoroso y combativo, como en Ladrones de tumbas o Me quieren muerto.
En cuanto a la forma poética utilizada, Mahmud Darwish utiliza la prosa poética, la métrica árabe o el verso libre, según su gusto y necesidad, confiriendo a cada poema un estilo diferente, que les hace únicos y que de este modo expresa de la mejor manera posible aquello que el autor siente la necesidad de contar.
El universo de Mahmud Darwish es fácilmente reconocible, evoca paisajes abiertos, caminos por recorrer, travesías marítimas a dónde llegar. También canta a la justicia, suspira por lo perdido, pide clemencia y busca respuestas. Sobrecogen de especial forma los versos finales de He visto la última despedida, “… Pero aún no veo la tumba. ¿No tengo derecho a una tumba, después de todas estas fatigas?”, donde el poeta, exhaustado, parece no ver salida al destino que le espera a su patria y a su propio ser. Se trata de la completa desilusión y la pérdida de esperanza plena que se ha hecho verso y que resume la desolación de una persona que lucha desde lejos, en la distancia y con una única arma: su poesía.
lunes, 13 de julio de 2009
Menos rosas (Mahmud Darwish)
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