lunes, 13 de abril de 2009

Los abrazos rotos (Pedro Almodóvar)


Los abrazos rotos, decimoséptima película de Pedro Almodóvar, es la historia de un director de cine, Mateo Blanco (Lluís Homar) que se enamora de una actriz vocacional, Lena (Penélope Cruz), amante del empresario Ernesto Martel (José Luís García). La pasión que sienten y las circunstancias trágicas que rodean este amor, les hace huir a Lanzarote, dónde pretenden rehacer juntos su vida. El hecho inesperado de que se estrene la película en la que ambos habían trabajado, desencadena una tragedia que acabará con la vida de Lena y dejará ciego a Mateo.

A partir de ese momento, Mateo decide utilizar su pseudónimo, Harry Caine, para continuar con su vida, decidiendo así que Mateo Blanco también hubiera muerto junto a Lena en Lanzarote.
Catorce años más tarde, Harry Caine es un guionista reconocido que cuenta con la ayuda de Judith (Blanca Portillo) y el hijo de ésta, Diego (Tamar Novas).

Ha borrado de su vida su pasado hasta que un día aparece un joven director, Ray X (Rubén Ochandiano) que quiere hacer una película con él. Este hecho, pondrá en alerta a Judith y tras una ausencia de ésta y mientras Harry cuida de Diego, le contará la historia que tanto tiempo ha permanecido oculta.

La estructura del relato.La película se estructura en dos partes: pasado y presente se mezclan para aclarar los hechos que llevaron a Harry a sus circunstancias actuales. El autor, utiliza la técnica de la confesión para esclarecer esos hechos y la película cuenta con flash back que nos dan información del pasado de otros personajes que Harry no conoce y que nosotros, como espectadores omniscientes, debemos tener en cuenta para que el relato cuente con la coherencia necesaria.

Pese a contar con elementos que alteran el orden de la narración, como los flash back o las elipsis, esta película mantiene una estructura clásica.

En un primer momento, el punto de arranque o planteamiento se nos presenta con un tórrido encuentro entre Harry y una viandante cualquiera (interpretado por Kira Miró). Esta escena, que puede parecer accesoria, nos presenta al protagonista como un hombre que pese a ser ciego tiene autoestima y se toma la vida con humor. También nos sirve esta escena para presentarnos a los personajes de Blanca Portillo y de Tamar Novas, quienes forman parte de la vida y del trabajo del protagonista y por supuesto, para ubicar la historia, dando lugar a la intriga, cuando se descubre que Ernesto Martel ha muerto.
Este planteamiento concluye con el primer nudo de la trama o punto de giro, donde descubrimos la verdadera identidad de Ray X y nos plantea preguntas que tendremos que averiguar en el nudo o desarrollo.

Este desarrollo tiene lugar a partir de un accidente sufrido por Diego que le obliga a permanecer en cama unos días y es Harry quien se ocupa de él. Ante la curiosidad del joven, Harry decide contarle la historia de Lena, de Enrique y de Mateo Blanco.
Se trata de la parte más extensa de la película, donde conoceremos a otros personajes y a los que ya conocemos nos los ubica en otra época: catorce años atrás.

El segundo punto de giro se nos presenta cuando descubren Lena y Mateo que se ha estrenado la película en Madrid, cambiando los planes de la pareja furtiva de amantes de rehacer su vida en la isla, por la decisión de regresar a Madrid para plantar cara a Ernesto.
Pero es entonces, cuando irrumpe el clímax en la trama con el accidente de tráfico que sufren los protagonistas, en el que Lena pierde la vida y Mateo se queda ciego, precipitando la historia hacia su desenlace.

El desenlace nos desvela cómo Mateo es ayudado por Judith a salir adelante, cómo se produce y por qué el cambio de nombre en el protagonista y en definitiva, cómo sigue la vida hasta el momento actual en el que se encuentran.
Pero aún queda otro giro inesperado en el que Judith aclara algunos aspectos de la historia que Harry le ha contado a su hijo y descubrimos que Judith vendió a Mateo por celos a Ernesto, cómo montó la película para vengarse de él y además, se descubre (algo totalmente previsible desde el primer momento) que Tomás es hijo de Harry.
Harry, va entonces en busca de Ray X para hacer la película que le había propuesto al principio de la historia, pero Judith le disuade con la noticia de que puede recuperar el material de la película y montarla de nuevo, a su gusto y con un buen criterio. La ironía se apodera de Harry; puede, por fin, ver montada su película, sin haber recuperado la vista.

Tramas secundarias o subtramas.En mi opinión, no considero que existan tramas secundarias en el relato, ya que todas las historias que se desarrollan giran en torno a la trama principal y le sirven a ésta para nutrirse y para adquirir la verosimilitud, credibilidad e inteligibilidad que necesita una historia para que tenga coherencia.

Por ello, la historia de Lena, desde que es secretaria y prostituta hasta que conoce a Mateo Blanco en la prueba de actores de su película, pasando por ser la amante de su ex jefe, Ernesto Martel, no puede considerarse una subtrama, sino parte de la historia principal.

Por otro lado, la historia de Ernesto hijo, utilizado por su padre para espiar a Lena y su obsesión final por hacer una película sobre su vida con Harry Caine, también es parte de la trama.

Al igual sucede con Diego y su ingestión accidental de drogas, ya que hace de detonante o motor para que la historia sea contada por su protagonista.

Quizás por tratarse de un elemento novedoso en esta película, podríamos destacar en este apartado, como subtrama aún sin serlo, el remake que Almodóvar hace de su propio film Mujeres al borde de un ataque de nervios, titulado en este caso Mujeres y maletas.
Con este elemento, Almodóvar hace un guiño a su filmografía, homenajeando su cine y por antonomasia, al cine.

Género y tratamiento del tema.Aún sin ser esta película un film perteneciente al cine negro, si que encontramos tratamientos en el tema que aparecen en este tipo de género. La intriga, el amor fatal, la violencia… Aunque quizás su mejor clasificación sería la de drama.

Personajes.La demarcación entre los personajes está muy bien lograda en esta película. Nos encontramos con protagonistas y antagonistas muy bien definidos y complementarios como Harry Caine, (personaje principal protagonista) y su antagonista y personaje secundario, Ernesto Martel o Judit García, (personaje principal de la película) y su antagonista Lena, que por su aparición en pantalla podría tratarse de un personaje secundario pero por la importancia de éste en el relato sería un personaje principal y casi coprotagonista.

Los personajes secundarios serían Diego y Ray X. Diego, no llega a despuntar ni en la trama, ni en la interpretación realizada por el actor Tamas Novar, sin embargo, Ray X interpretado por Rubén Ochandiano, (y considerado también como el Mcguffin de la historia de Mateo Blanco) tiene un papel más relevante y goza de una mejor interpretación (siendo mejor, para mi gusto, la que se corresponde con los años noventa).

En general, los personajes principales están bien construidos, tienen presencia escénica y son respaldados por buenos diálogos, situaciones y acciones acorde con sus caracteres.
Merece señalar las buenas interpretaciones de Ángela Molina (madre de Lena), de Lola Dueñas (lectora de labios), de Carmen Machi (Chon), de Rossy de Palma (Julieta) y de Chus Lampreave (portera), que pese a tener apariciones breves, dan consistencia a las acciones que desarrollan y en algunos casos, hacen muy buena comedia.

Diálogos.
El monólogo final de Judit García, personaje que interpreta Blanca Portillo y que según Almodóvar está inspirado en Deborah Kerr en La noche de la Iguana, de John Huston, a pesar de ser muy intenso y dramático, no es especialmente revelador para la historia, quizás sí para el personaje, a quien le sirve de catarsis y de elemento liberador de toda la presión y mala conciencia acumulada desde hace catorce años. Sin embargo, lo que al espectador le transmite no marca un antes y un después en la trama argumental, aunque sí que explica detalles que sino quedarían en el aire, como por ejemplo, cómo se llega a estrenar la película Mujeres y maletas o cómo localizan a la pareja de enamorados en Lanzarote.

Estructura de la idea.Un guión parte de una idea dramática o anécdota que ha llamado la atención del guionista. En el caso de Los abrazos rotos, fue una fotografía que tomó Almodóvar en una playa en Lanzarote. Se trataba de una fotografía del paisaje de la playa desde un alto. Al revelarla, descubrió que en el margen inferior derecho había dos amantes abrazados que, por supuesto, no había visto cuando tomó la foto. Es a partir de esta idea cuando el director comienza a elaborar una idea núcleo que será la tesis de la historia de Los abrazos rotos.

Fotografía, planos y banda sonora.La fotografía, a pesar de contar con el fotógrafo Rodrigo Prieto, quien trabajó en películas con tan buena foto como Babel (2006) y Amores Perros (1999), deja de ser esa fotografía colorista a la que Almodóvar nos tiene acostumbrados para convertirse en una foto más sobria y lúgubre (quizás por exigencias del propio relato).

Muchos planos resultan sosos y tampoco apreciamos secuencias que estén a la altura de las míticas almodovarianas: como el portarretratos de canicas rompiendo contra el suelo de La Flor de mi Secreto o el buceador vibrador que se baña con Victoria Abril en Átame.

La banda sonora vuelve a correr a cargo de Alberto Iglesias, quien ha trabajado los últimos doce años con el director.


Conclusiones.Los abrazos rotos rompe definitivamente con la premisa almodovariana de hacer películas de mujeres, como hiciera ya en el 2004 con La mala educación.
Al igual que la anterior vez, en mi opinión, no acertó con el tema ni con el guión, con Los abrazos rotos ha superado cualquier expectativa.

Se trata de una película que homenajea al cine y a su vez, al propio cine del director manchego (o al revés). La historia no es rocambolesca, al contrario, es bastante sencilla y por esa razón ha podido levantar tantas críticas, ya que quizás esperaban más.

No es un argumento pretencioso, ni siquiera lo son las interpretaciones, aunque son bastante correctas. Los personajes no nos atrapan porque no nos identificamos con ellos, son sórdidos, a veces oscuros y otras demasiado normales.

Pese a ser un drama de manual, Almodóvar no se ha olvidado de la vis cómica de sus actrices fetiche y a incorporado otras nuevas en su elenco cinematográfico. Muy recomendable sería ver, justo después de la película, el cortometraje La concejala antropófaga, por si alguien se queda con más ganas de disfrutar de la comedia que plantea Carmen Machi al final de la cinta.

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